domingo, 27 de febrero de 2011

26 - I still here, waiting.

Me recuesto en la cama, y raramente, no caigo rendida en las placenteras manos del sueño. Y, como no, me pongo a pensar. A pensar demasiado, y a pensar cosas que pienso que no debería pensar en ellas. Pensar en cosas que no se pueden cambiar; lo hecho esta hecho. Pero claro, ¿quien deja de pensar por eso? Imágenes que nunca ocurrirán pasan por mi cabeza. Por supuesto, debería armarme de valor y enfrentarme ello, darle a ese botón y soltar todo lo que pienso; que más da, no tengo nada que perder. Pero, como de costumbre, tengo demasiado miedo a que me hagan daño, a sentirme más insegura aún de lo que oculto debajo de cada sonrisa. Por muy buenas intenciones, si no están en la otra persona, todo al traste. Y lo que menos me apetece ahora es sentirme mal, tener una preocupación latente más... ya tengo bastante con mis preocupaciones rutinarias. Lo que me ayuda a enfrentarme con día es pensar en los momentos buenos que me quedan... y en este caso, para afrontar la catastrófica semana que se me anuncia... el concierto de el sábado.

1 comentario:

  1. mejor perder sabiendo que lo has intentado, que no dejar pasar algo por el miedo a perder

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